Allá por año 1971, el P. Manuel Fuentes (q.e.p.d.) junto con la Comunidad Trinitaria de Córdoba, concibió la idea de abrir un colegio que acogiera a los niños del barrio, que abundaban en las viejas calles aledañas a la parroquia.

     Aquel proyecto le dio más dolores de cabeza de los previstos: documentos, adaptación de locales del convento, material, mesas etc,

    Llegó septiembre de aquel año, en aquellas habitaciones y sótanos del convento comenzó sus actividades el colegio que hoy vemos.

    Al principio, hubo unas aulas de preescolar situadas en la huerta, lo que hoy es el comedor de transeuntes. Sus tutores fueron Dª Dolores Castro, D. Juan Luque, Dª Pilar y Dª Mari Tere. Aquellos primeros alumnos, hoy ya cuarentones, fueron la base de los futuros cursos que se formaron al correr de los años.

     En la parte del convento, en los sótanos, hoy comedor del colegio, había un Primero a cargo del P. Vicente y un Cuarto-Quinto a cargo de D. Luis Poyato. Arriba, junto al coro de la iglesia, estaba Tercero y Cuarto a cargo de D. José Luis Jaén.

Fueron años duros. Material de segunda mano, aulas adecentadas en un edificio muy viejo con lo que eso conlleva con las lluvias y el frío; pero había mucha ilusión por sacar el proyecto.

     Recuerdo el patio; bueno, medio patio, medio huerta, con muchos árboles y hasta una pérgola antiquísima situada donde hoy se encuentra el nuevo colegio. Allí se jugaba a todo e incluso se organizaba algún "safari" cuando algún animailito osaba asomarse al patio en hora de recreo.

     Desde el comienzo y con el P. Manuel al frente y una incipiente A.P.A. cuyo primer Presidente fue D. Rafael Gutierrez, hubo la idea de constuir un nuevo colegio. Recuerdo muchas reuniones hasta altas hora de la noche, proyectos. . . Se buscaron ayudas y todo o que se pueda imaginar. Se estudiaron planos, ubicación, posibilidades, etc, etc.

     En aquellos primeros años la actividad no cesó, los alumnos aumentaron, teníamos cursos muy numerosos y llegó a completarse toda la EGB incluso con cursos dobles. El espacio del convento se quedaba pequeño y ya era una necesidad el nuevo colegio.

     Por fin, un día aparecieron las máquinas. Empezó la obra del nuevo colegio. Lo fuimos viendo crecer poco a poco, pero fue tomando cuerpo. El P. Manuel, realizó con una fe tremenda, y con más oraciones que dinero, el sueño que había tenido años antes.

    Desde el principio, el colegio, sin tener instalaciones deportivas, se integró en los campeonatos escolares de la época gracias al impulso de D. Adolfo Rivera (q.e.p.d.). Siendo un colegio pequeño, a los tres años se proclamó campeón de futbol infaltil de Córdoba. Pocos años después y también por iniciativa de D. Adolfo, se formó un equipo de balonmano con niños de 6º a los que hubo que enseñar a jugar. Cuando llegaron a 8º, se proclamaron Subcampeones de Andalucía en una fase final que se jugó en Sevilla.

 

    Volviendo al colegio, llegó por fin la inauguración del nuevo edificio. Era Director el P. Francisco García. Recuerdo aquel día 14 de febrero. Poco nieva en Córdoba, pero aquel día vaya que si nevó. Aquello no quitó importancia al sueño del P. Manuel.

     El Colegio ha seguido marchando a más. Han pasado muchos profesores, algunos ya no están y otros disfrutan de un retiro bien merecido y no menos anhelado pero con muy buenos recuerdos. Han pasado tantos alumnos . . . Los primeros rondan los cuarenta y muchos años y ahora tienen a sus hijos en el colegio y algunos van camino de tener hasta los nietos. ¡Qué alegría cuando algunos de aquellos nos paran en la calle y dicen "¿no se acuerda usted de mí? soy . . . "!

    En fin, ya no quiero alargar más esta . . . vamos a llarmarle "crónica", ya habrá quien haga otra dentro de unos años ¡ y que yo lo vea !

Un abrazo a todos